En un mercado globalizado como el de la automoción, los aranceles juegan un papel crucial. Estos impuestos pueden proteger la industria local o convertirse en un obstáculo para la competitividad internacional. Los aranceles afectan directamente al precio final de los vehículos, la disponibilidad de modelos y, en consecuencia, a decisiones clave de fabricantes, distribuidores y consumidores.
Entender por qué algunos países imponen aranceles más altos permite comprender las dinámicas comerciales del sector y cómo se configuran las estrategias de producción de las grandes marcas. Desde el renting de coches te contamos todo lo que necesitas saber sobre los aranceles en la industria del automóvil, como qué países los imponen o cuál es su porcentaje.
¿Qué son los aranceles y por qué importan tanto?
Los aranceles son impuestos a productos extranjeros que aplica un país aplica a productos extranjeros que ingresan a su territorio. En el caso de la industria automovilística, estos gravámenes se aplican tanto a vehículos como a componentes importados. El objetivo principal suele ser proteger la producción nacional, incentivar el consumo de bienes locales o responder a medidas similares impuestas por otros países (lo que conocemos como guerras comerciales).
Un arancel elevado puede aumentar notablemente el precio de un coche importado, lo que lo hace menos competitivo frente a los modelos fabricados localmente. Esta situación afecta tanto a los fabricantes que buscan expandirse a nuevos mercados como a los consumidores que valoran ciertas características en el que coches de otros países pueden sobresalir respecto a los del suyo propio.
Los 5 países con aranceles más altos
Algunos países aplican aranceles especialmente altos a los coches importados como forma de proteger a sus fabricantes nacionales o para fomentar la inversión extranjera directa en instalaciones de producción local:
India: ¿cambiará su tendencia?
India mantiene algunos de los aranceles más elevados del mundo. Los coches importados pueden enfrentarse a cargas fiscales de hasta un 125%, dependiendo del tipo de vehículo, su valor y su país de origen. Sin embargo, con el paso de los años estos aranceles se han visto reducidos y suavizados.
Sin embargo, debido en parte a los aranceles impuestos por los Estados Unidos, India está en conversaciones con las distintas potencias económicas del mundo para reducir los aranceles de estos coches importados, especialmente en el caso de la Unión Europea. El país más poblado del mundo está dispuesto a rebajar estos aranceles al 10%.
Brasil marca la tendencia en latinoamérica
Históricamente, Brasil aplica aranceles del 35% a los vehículos importados. Aunque existen acuerdos dentro del Mercosur, fuera de ese marco los costes pueden dispararse, dificultando la entrada de marcas de otros continentes, sufriendo especialmente las marcas asiáticas y las europeas. Pese a ello, el coche más vendido en Brasil en 2024 fue el Volkswagen Polo
China: revolucionando el sector
Durante años. China aplicó un arancel del 25%, aunque lo redujo al 15% en 2018 como gesto diplomático. Sin embargo, en el contexto de tensiones comerciales con EE. UU. y Europa, ha implementado medidas adicionales que afectan a ciertos vehículos o marcas. Además, su intención de liderar el sector automotriz, lo que se ve reflejado en la entrada de sus coches a Europa a un precio reducido, podrían hacer que estos aranceles se redujesen aún más.
Sudáfrica: buscando mejorar su situación
Aunque menos conocido, Sudáfrica mantiene aranceles máximos entre el 30 y 35% para vehículos fuera de sus acuerdos regionales. Esto forma parte de su estrategia de desarrollo industrial local. Sin embargo, cabe destacar que el porcentaje medio de estos aranceles suele ser notablemente inferior, permitiendo la entrada de coches extranjeros.
Estados Unidos: en el centro de la polémica
EEUU es un caso particular, por los ya de sobra conocidos aranceles de Trump. En el sector del automóvil, estos aranceles serán, como mínimo, del 25% tanto para vehículos como para componentes. También se han visto afectados los grupos que dependen en gran medida de sus plantas en Canadá y México para abastecer al mercado estadounidense, así como Stellantis.
Países con aranceles bajos o acuerdos comerciales
En el lado opuesto, hay países o bloques económicos que han apostado por reducir barreras comerciales, ya sea buscando reciprocidad y poder vender sus coches en otros países con mayor facilidad o por incentivar la libertad económica.
- Unión Europea: aplica un arancel base del 10% a los coches procedentes de fuera del bloque, aunque cuenta con numerosos acuerdos de libre comercio (con Japón, Corea del Sur, México, etc.) que reducen o eliminan estos aranceles para ciertas marcas y modelos.
- Canadá y México: integrados en el T-MEC (antiguo NAFTA), gozan de condiciones arancelarias preferenciales con Estados Unidos. Este marco ha convertido a ambos países en centros de ensamblaje clave para el mercado norteamericano.
- Australia y Nueva Zelanda: han eliminado la mayoría de aranceles a vehículos, favoreciendo una política de apertura comercial que estimula la competencia.
¿Qué implican estos aranceles para fabricantes y consumidores?
Para las marcas, los aranceles son un factor determinante a la hora de decidir dónde instalar fábricas y cómo configurar sus cadenas de suministro globales. Por eso, muchas multinacionales optan por producir directamente dentro de países con altos aranceles, evitando sobrecostes y ganando competitividad local.
Para los consumidores, los aranceles pueden traducirse en precios más altos. También limitan la variedad de modelos o traen versiones específicas para ciertos mercados. Para quienes apuestan por el renting de coches, este impacto puede traducirse en cuotas mensuales ligeramente superiores en determinados modelos. Otro factor puede ser una menor rotación de vehículos importados dentro de las flotas.
En definitiva, en un escenario donde alternativas como el renting de coches ganan cada vez más protagonismo, los aranceles pueden resultar un factor determinante. Los precios tanto de la compra como de otras alternativas pueden verse influenciados por este componente económico, tanto por el aumento de costes relativos a la fabricación e importación como por los cambios en los tipos de intereses.