Puede que el Opel Insignia no sea el modelo más exitoso de la marca alemana. Pero eso es porque sea un mal producto, sino porque pertenece a un segmento que ha vivido tiempos mejores: el de las berlinas.
Este tipo de vehículos -que triunfaron durante la primera década del 2000- han sido superados por los SUV, que protagonizan prácticamente todas las matriculaciones en la actualidad.
Pero modelos como el Insignia representan una resistencia que aún tiene mucho que ofrecer y se posicionan como las opciones más elegantes, tecnológicas y espaciosas del mercado. Y si encima se asocian al motor diésel 1.5D de la versión de la que hoy hablamos, también son muy eficientes. ¡Vamos a conocerlo!
Conducción: ideal para hacer cientos de kilómetros sin inmutarse
Como es de esperar, al volante del Opel Insignia el silencio y el confort son los verdaderos protagonistas. Silencio porque la marca ha trabajado de forma fantástica la insonorización, y confort porque la puesta a punto de la suspensión permite filtrar a la perfección las irregularidades del asfalto.
Todo ello se une a un eficiente motor diésel de 1.5 litros y tres cilindros. Sí, tan solo tres cilindros para un vehículo de 4,89 metros de longitud, pero que como veremos resulta suficiente para mover el conjunto con bastante soltura. Hay que pensar que, pese a que sus 122 CV puedan no parecer demasiados, su elevado par motor de 300 Nm aporta la fuerza necesaria y su caja de cambios automática de 8 velocidades se encarga de elegir la mejor relación en todo momento para optimizar las prestaciones.
Esto es precisamente lo que nos asegura registrar unos consumos irrisorios, especialmente tratándose del coche que es. Y es que homologar una media de tan solo 4,6 litros cada 100 kilómetros en un vehículo de casi cinco metros de longitud y 1.536 kg de peso es una cifra fantástica.
Como es de esperar, en ciudad no es el vehículo más práctico del mercado debido a sus medidas, aunque en este sentido la alerta de tráfico trasero o el asistente de aparcamiento automático (que realiza la maniobra de forma completamente autónoma) nos facilitan mucho la vida.
En carreteras de curvas el comportamiento dinámico del chasis es muy bueno, pero tal vez echemos en falta algo más de potencia. Es por ello que lo mejor es circular por autopista y realizar cientos y cientos de kilómetros con un silencio y un confort de marcha digno de las mejores berlinas premium.
Diseño: elegante, como toda berlina que se precie
Estéticamente el Opel Insignia replica el lenguaje de diseño del resto de modelos de la marca alemana, pero lo hace con un punto más de elegancia y sofisticación. En su parte frontal destaca la gran parrilla central, que en este caso está colocada en una disposición muy horizontal que ayuda a incrementar la sensación de anchura del coche.
A ello también contribuye la tira cromada que la divide en dos partes, y que se alarga hacia los laterales en forma de iluminación diurna en las ópticas con tecnología LED. Por su parte, la zona inferior del parachoques dispone de una entrada de aire horizontal y de dos molduras en los laterales que incluyen los faros antiniebla.
En la vista lateral nos queda claro que estamos ante una berlina, porque se pueden apreciar claramente los tres volúmenes típicos de este tipo de carrocerías.
El morro es muy alargado y la cintura lateral muy plana, porque de poner un toque de diseño ya se encargan tanto las líneas de tensión de las puertas como la pronunciada caída del techo, que no convierten a este Opel Insignia Grand Sport en un modelo coupé, pero casi.
Finalmente, en la zaga queda claro que estamos ante un coche que quiere pasar desapercibido pero al mismo tiempo ser elegante, como toda berlina que se precie. La luneta desciende en una posición muy inclinada y finaliza en un portón que dispone de un pequeño spoiler y que luce el logo de la marca en posición central y bastante predominante.
Por su parte, los pilotos cuentan con tecnología LED y ángulos muy rectos, mientras que en la parte inferior el parachoques es bastante minimalista y está muy poco recargado. Como toda la parte trasera, en la que incluso la denominación del modelo está ubicada en un lateral, para que sea visible pero no llame demasiado la atención.
Un interior bien construido que aporta una sensación de gran calidad
El Insignia es un modelo que, pese a haber recibido una actualización hace poco, llegó al mercado hace ya algunos años. Y personalmente creo que gracias a esto su interior es de los mejores del segmento, porque ha mezclado la cada vez más incipiente digitalización con la presencia de mandos físicos para controlar las funciones más elementales del vehículo.
La pantalla central es de 8 pulgadas y no solo cuenta con una muy buena respuesta y conectividad, sino que también incorpora el sistema de navegación.
Aunque el mejor ejemplo de esta mezcla entre lo analógico y lo digital que comentaba la vemos en la instrumentación, que dispone de agujas físicas para el tacómetro o los indicadores de temperatura y combustible, pero que también cuenta con una pantalla multifunción de 8 pulgadas en su parte central.
El tacto de los materiales y la disposición de los mandos es muy germana, o lo que es lo mismo, muy lógica. Todo está donde tiene que estar y además los botones son muy sencillos de manipular en cualquier circunstancia.
Y a todo esto, la posición de conducción es buena y el confort de los asientos es elevadísimo. De hecho, Opel ha trabajado este aspecto especialmente, habida cuenta de que el Insignia es un vehículo pensado para realizar muchos kilómetros.
En cuanto a la habitabilidad del Opel Insignia Grand Sport, lo cierto es que es muy buena. Puede parecer algo lógico en un vehículo de casi cinco metros, pero pese a todo hay modelos igual de grandes que no ofrecen un espacio para las piernas en las plazas traseras tan grande.
La plaza central es algo más justa, pero pese a todo resulta suficiente para que cinco personas realicen trayectos no excesivamente largos sin problemas. Finalmente conviene destacar la capacidad del maletero, que en esta versión es de 490 litros ampliables hasta los 1.450 en caso de abatir los asientos posteriores.
Equipamiento del Opel Insignia
El equipamiento del Opel Insignia es el que cabría esperar de cualquier berlina de su segmento, por lo que cuenta con diversos elementos a nivel tecnológico, de conectividad y de seguridad. Estos son los más destacables:
- Asistente de aparcamiento automático: diversos sensores y cámaras crean una imagen en 360º del entorno y toman el control del vehículo para realizar la maniobra de aparcamiento de forma completamente autónoma, lo cual nos será muy útil a la hora de estacionar un vehículo tan largo.
- Faros matriciales LED: toda la iluminación del Insignia dispone de tecnología LED, tanto para las luces diurnas como para los pilotos traseros o la iluminación principal. Al disponer de tecnología matricial identifican al resto de vehículos para mantener las luces de carretera encendidas, pero apagando las zonas en las que se encuentran y evitando así deslumbrar al resto de usuarios de la vía.
- Pantalla de 8 pulgadas: el monitor táctil central de 8 pulgadas dispone de una gran conectividad e incorpora de serie el sistema de navegación. En esa misma medida nos encontramos con una pantalla que hace las funciones de instrumentación digital.
Otros elementos de equipamiento que forman parte de esta berlina son: cámara trasera, Bluetooth, reconocimiento de señales, iluminación ambiental, detector de ángulo muerto, alerta de cambio de carril, asistente de marcha atrás, llantas de 18”, alarma antirrobo o sensor de lluvia.
Motor del Opel Insignia
El motor del Opel Insignia Grand Sport Business Elegance 1.5D DVH AT8 es un bloque diésel de 1.5 litros de cilindrada capaz de entregar una potencia de 122 CV y un par motor de 300 Nm.
Equipa una caja de cambios automática de ocho velocidades que transmite la potencia a las ruedas delanteras, acelerando de 0 a 100 km/h en 12,2 segundos y alcanzando una velocidad máxima de 200 km/h. Por lo que respecta al consumo, homologa un gasto de 4,6 litros cada 100 km según el ciclo de homologación WLTP.
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