A nadie se le escapa que el segmento SUV está de moda y uno de sus principales representantes es el Mazda CX-5, un modelo que está dando todo tipo de alegrías a la marca nipona. Mazda es una marca que cuenta con una relación calidad/precio realmente excelente, algo que sin duda hace de él un modelo particularmente interesante, pero vamos a conocer más de él.
Diseño moderno y agradable
Las primeras impresiones de este Mazda CX-5 nos recuerdan a otros modelos de la competencia. Las tendencias en la industria del automóvil son claras, pero sí que podemos decir que han sabido darle ese aire de familia. Su frontal tiene a las rejillas dispuestas como un panal y donde grupos ópticos delanteros y traseros son de led y varían según el equipamiento del modelo.
Interior bien realizado y con detalles que sorprenden
Dentro vemos novedades en la última actualización, caso de una pantalla superior de más tamaño, el sistema MZD Connect o la supresión del freno de mano convencional para albergar en su lugar un freno de estacionamiento eléctrico. Al suprimirse la palanca del freno de mano, se adelantan los controles de la pantalla, todo esto hace que tenga un diseño más despejado.
El habitáculo es generoso y amplio. Cinco plazas homologadas y cuatro de ellas realmente confortables, que admiten sin dificultades a personas de altura y complexión fuerte. El maletero de 463 litros no sorprende por sus cuotas, en la media del segmento. Por lo demás, es digno de alabar el buen aprovechamiento de los espacios para incluir elementos portaobjetos y huecos que tiene este Mazda.
Consola y cuadro de mandos sobrios, pero claros
El puesto de conducción tiene los controles a mano, sin tener que despegar la espalda de nuestro asiento, ni apartar la vista de lo que importa. La zona delantera del habitáculo se divide en dos volúmenes, con una zona central del salpicadero y una consola horizontal que separa los dos asientos anteriores.
En el salpicadero está una pantalla táctil de 7 pulgadas para el sistema de infoentretenimiento, donde en la zona superior se sitúa el lector de Cd. Aunque la primera impresión es que tenemos muchos controles, sistemas e información, que es cierto, la disposición es buena y facilita la vida al conductor.
Equipamiento completo
En Mazda saben que un profuso equipamiento acostumbra a ser sinónimo de éxito por parte de los posibles clientes. En este sentido no nos podemos quejar, pues incorpora lo fundamental que pedimos a un SUV: aire acondicionado, bluetooth, ordenador de a bordo, ABS, control de tracción, control de velocidad, sensores de parking, GPS, etc.
La seguridad es importante
A nivel de seguridad se nota que en el Mazda CX-5 se ha invertido tiempo y dinero. La denominación i-ACTIVESENSE, es un conjunto de sistemas de seguridad activa que se basan en radar, láser y una serie de cámaras que informan al conductor del entorno por el que circula. Podemos citar algunos como los faros led adaptativos y direccionales, sistema de aviso y prevención de cambio de carril, detector de fatiga o control del ángulo muerto.
Motorización
El Mazda CX-5 que conducimos tiene el propulsor 2.2 L. SKYACTIV-D de 150 CV, tracción delantera y monta la caja de cambio manual de seis velocidades y neumáticos Toyo 225/55 R19 sobre llantas de aleación de 19 pulgadas. Con esta conjunción de características el fabricante declara una velocidad máxima de 202 km/h con limitador. Los 119 g/km de emisiones de CO2 de este motor eximen del pago del impuesto de matriculación. Es el único de la gama, ya que los demás propulsores superan el límite de 120 g/km CO2 y necesariamente han de pasar por esa caja.
Comportamiento
Al poner el motor en marcha por vez primera se nota el gran trabajo de insonorización realizado en este Mazda CX-5, especialmente en el propulsor diésel. Un modelo que en el que prima la suavidad, pero que se adapta bien a una conducción rápida, un aspecto en el que Mazda suele incidir. Si pudiésemos resumir como se comporta, podría decirse que es un coche fácil de conducir y cómodo, con el que se puede ir a buen ritmo con facilidad.
Conclusiones
Los conceptos crossover y SUV han llegado para quedarse y si vemos al Mazda CX-5 comparado con sus competidores, estamos ante un modelo que nos ha causado gran impresión. Su motor lo mueve con soltura, adelantando con contundencia, amplio por dentro y confortable, gasta poco y su estética, está plenamente vigente. Una opción muy a considerar si buscas coche en este segmento.