Hace unos pocos años un coche como el BMW X2 era inimaginable. Existían los coches urbanos, los deportivos y ya empezaban a haber algunos SUV, pero nadie se había atrevido todavía a mezclar los conceptos. Pues bien, eso es exactamente lo que ha hecho BMW con el X2: ofrecer un SUV premium que se diferencia notablemente del resto de la gama “X” de BMW. Y es que el modelo bávaro aúna el diseño típico de los todocaminos con un comportamiento dinámico y unas dimensiones que lo convierten en un coche muy recomendable para moverse por la ciudad. ¡Vamos a descubrirlo en profundidad!
Conducción: cómodo en ciudad, dinámico en carretera y frugal en autopista
Puede parecer que los conceptos SUV y urbano son incompatibles, pero al volante del BMW X2 queda claro que esto no es así. Y es que con una longitud de 4,36 metros este es el todocamino más pequeño de la gama de la marca alemana, lo cual le permite sentirse bastante cómodo circulando en entornos urbanos. A incrementar esta sensación contribuye una dirección precisa, un cambio que funciona con mucha suavidad, una suspensión cómoda y una insonorización muy conseguida.
Pero lo mejor de este modelo es su enorme polivalencia. Porque cuando abandonamos la ciudad no es un coche torpe o poco dinámico, sino más bien todo lo contrario. De serie el BMW X2 sDrive18d cuenta con un cambio manual de seis velocidades y tracción delantera, un esquema idéntico al de cualquier modelo compacto. Pero el buen trabajo de BMW se puede percibir en la puesta a punto del chasis, ya que los ingenieros han sido capaces de disimular a la perfección las inercias propias de un coche cuya carrocería es más alta que la de un compacto.
Así pues, a la hora de afrontar una carretera revirada nos encontramos con una dirección directa y que transmite bastante información, una suspensión que filtra bien y un motor cuya potencia resulta más que suficiente. Sea como sea, si no nos gustan las carreteras de curvas no hay problema, porque a la hora de circular por autopista el X2 ofrece una experiencia premium en toda regla. Es silencioso, tiene un rodar muy fino y, por si fuera poco, su motor diésel con etiqueta C de la DGT ofrece un nivel de eficiencia muy elevado y unos consumos irrisorios.
Diseño deportivo y desenfadado
No importa qué versión del X2 contemples, porque todas ellas comparten el mismo ADN deportivo y juvenil. Por dimensiones se podría considerar como un X1 recortado y en formato coupé, pero lo cierto es que este modelo tiene una personalidad propia que lo hace diferenciarse claramente del resto de la gama SUV de BMW.
Visto por delante, el X2 destaca por una parrilla doble (los famosos riñones de BMW) muy prominente, flanqueada por unas ópticas con tecnología LED y unas entradas de aire ascendentes con formas bastante geométricas. No hay duda de que su mirada es afilada, y esa sensación también se transmite a la parte lateral.
Aquí lo que destaca principalmente es la presencia de unos pasos de rueda y faldones prominentes –como en todo buen SUV- y una cintura muy elevada que reduce la superficie acristalada pero le confiere una imagen mucho más musculosa y esbelta. Desde esta perspectiva se ve claramente como la marca ha posicionado el BMW X2 como el SUV coupé más pequeño de la gama “X”, por lo que la caída del techo es pronunciada y nos conduce hasta un pilar C en el que se ubica el logo de la marca.
Finalmente, en la zaga el diseño dinámico también está muy presente. Aquí los elementos protagonistas son un pequeño spoiler situado en la parte superior de la luneta –que, por cierto, está muy inclinada como en todo buen coche de estilo coupé-, un portón muy bien esculpido con numerosos ángulos y apertura y cierre automáticos, pilotos con tecnología LED y una parte inferior del parachoques con un pequeño difusor y una salida de escape completamente real.
Interior: diseño funcional, mucha tecnología y buena habitabilidad
Algo que seguro que agradecen todos aquellos que sean aficionados a la marca BMW es que por fuera se arriesgue y se innove, pero por dentro se apueste por lo que lleva décadas funcionando a la perfección. Basta con echar un vistazo al interior del X2 para ver que aquí el estilo es más clásico, pero no por ello menos deportivo o funcional. El salpicadero tiene una disposición de los mandos clásica, con una pantalla de 8,8 pulgadas de fácil lectura situada en el centro y una consola central con mandos físicos dispuestos de un modo muy inteligente.
Como es evidente, que BMW apueste por lo que sabe hacer a la perfección también conlleva que los materiales y los ajustes del X2 sean de primera calidad, dignos del coche premium que es. Y además en este modelo contamos de serie con navegador, servicios Connected Drive, control por voz y volante multifunción, lo que nos ayuda y mucho a la hora de conducir especialmente por la ciudad.
Por lo que respecta a la habitabilidad, hay que destacar que la posición de conducción no es tan elevada como en un SUV tradicional (por algo este modelo es más deportivo), y en las plazas traseras el espacio es mayor del que podría parecer. Sí que es cierto que por su diseño de estilo coupé el acceso al habitáculo es ligeramente peor que en otros modelos de la gama, pero una vez dentro hay espacio más que de sobra para las piernas y suficiente para la cabeza. Este último apartado es especialmente destacable, porque normalmente es aquí donde las plazas traseras de los vehículos de estilo coupé sufren más.
Ni que decir tiene que la plaza central no es la más grande del coche, aunque para un uso esporádico resulta aceptable. Sea como sea lo mejor de este coche es que, aunque pueden viajar en él cinco ocupantes, si afrontamos un viaje largo con cuatro pasajeros no tendremos ningún problema a la hora de almacenar el equipaje. Y es que el maletero cuenta con una capacidad de 470 litros, una cifra realmente buena que además se puede ampliar hasta los 1.355 litros si abatimos la segunda fila de asientos.
Equipamiento del BMW X2
El BMW X2 es un coche que está muy bien equipado desde su versión de acceso, con una elevada carga tecnológica, materiales de calidad y una amplia dotación en materia de seguridad e infoentretenimiento. Veamos cuáles son los elementos más destacables:
- Control de distancia en aparcamiento PDC: en un coche con vocación urbana no podía faltar un elemento tan importante como los sensores de aparcamiento. Estos emiten una señal acústica que nos indica la proximidad del vehículo hacia otros objetos, y el pitido se vuelve continuo cuando la distancia es inferior a los 30 centímetros.
- Faros LED con contenido ampliado: se trata de un sistema de iluminación que confía en la tecnología LED toda la tarea de alumbrarnos el camino. Tanto las luces diurnas como las de posición, cruce y carretera están formadas por diodos cuya luz es superior a la de los faros halógenos o de xenón y su consumo energético claramente inferior.
- Freno multicolisión con función City: el BMW X2 es capaz de detectar otros obstáculos o vehículos cercanos y frenar de forma automática si detecta que se va a producir una colisión. Además, en ciudad hace lo propio reconociendo a peatones y evitando el impacto.
Otros elementos de equipamiento que forman parte de este SUV son: asistente de arranque en pendientes, climatizador bizona, seis altavoces, sintonizador DAB (radio digital), reconocimiento de señales de tráfico, botón de arranque con función Start/Stop, portón trasero automático (apertura y cierre), control de presión de neumáticos, detector de fatiga, llamada de emergencia, llantas de 17”, sensor de lluvia y retrovisores exteriores con memoria y plegables eléctricamente, entre otros.
Motor del BMW X2
El motor del BMW X2 sDrive18d es un bloque diésel de 2.0 litros de cilindrada capaz de entregar una potencia de 150 CV y un par motor de 350 Nm. Equipa una caja de cambios manual de seis velocidades que transmite la potencia a las ruedas delanteras, acelerando de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos y alcanzando una velocidad máxima de 207 km/h. Por lo que respecta al consumo, homologa un gasto de 5,1 litros cada 100 km según el ciclo de homologación WLTP.
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