El BMW Serie 8 Gran Coupé es uno de esos coches que atraen todas las miradas. Da igual si lo mira alguien a quien le gusten los coches deportivos, las berlinas o los coupés, porque este modelo aglutina todos estos formatos bajo una misma carrocería. Y es que con él BMW ha recuperado la mítica Serie 8 en su gama, representante histórica del mejor lujo, confort y deportividad que la marca bávara sabe hacer.
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Conducción: cómodo, frugal, ágil y deportivo
De entre toda la gama de motores del BMW Serie 8 Gran Coupé, tal vez la versión diésel sea la mejor para devorar kilómetros sin prácticamente inmutarse. Y es que sí, los motores de gasolina de las versiones 840i u 850i son impresionantes, pero el de la 840d no se queda atrás. Se trata de un bloque diésel de tres litros y seis cilindros en línea que se asocia a un cambio automático Steptronic y a un efectivo sistema de tracción total cuyo funcionamiento es suave y refinado.
Sus prestaciones son destacables: con una potencia de 320 CV y un par motor de 680 Nm, es capaz de acelerar de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos. Y todo ello combinado con un consumo homologado ligeramente superior a los seis litros, que aunque a la práctica puede situarse en torno a los 7 u 8 litros, sigue siendo muy competitivo para el tipo de coche que es.
Como decía, el confort de marcha es espectacular. El cambio automático de 8 velocidades ayuda mucho en este sentido, ya que las transiciones entre relaciones apenas se notan. Además, como el motor entrega la fuerza desde muy abajo, no es necesario jugar demasiado con el cambio para obtener el máximo par.
Todo ello se combina con un aislamiento acústico exterior impresionante y con una suspensión puesta a punto específicamente para conseguir un coche que se comporta como una alfombra mágica en carretera o autopista, pero que a su vez es capaz de ofrecer un comportamiento ágil y dinámico en tramos virados llenos de curvas. En definitiva, a nivel de conducción este coche es un atleta con traje, porque se puede mover con una rapidez sorprendente para su tamaño pero al mismo tiempo es la herramienta perfecta para viajar con comodidad.
Diseño: cuatro puertas, sí, pero todo un coupé
El diseño del BMW Serie 8 Gran Coupé hace honor a su nombre, porque es un coche con diseño coupé que, además, es muy grande. Su longitud total es de 5,08 metros, su anchura de 1,93 metros y su altura de tan solo 1,40 metros, de modo que sobre el asfalto su presencia es imponente. Y es que este coche huye de la moda SUV y toma lo mejor de varios mundos: el dinamismo de un deportivo, la elegancia de una berlina y la estética refinada de un coupé.
Visto por delante lo que más llama la atención es su parrilla doble, que dibuja los famosos riñones de BMW. Están ubicados en una posición muy horizontal y su tamaño es considerable. Especialmente en comparación con las ópticas delanteras, que evidentemente disponen de tecnología LED y tienen un diseño muy estilizado. Completan el conjunto una entrada de aire inferior horizontal en la parte baja del parachoques y dos molduras situadas en los laterales que aportan un toque dinámico diferenciador.
La vista lateral de este coche es la más característica, porque es aquí donde apreciamos las principales diferencias con respecto a la versión Coupé de tres puertas. Ya no solo porque es hasta 23 centímetros más largo, sino porque su distancia entre ejes crece en 20 centímetros y el diseño de sus puertas traseras está muy bien integrado en el conjunto. Eso sí, aunque BMW haya querido dotar al BMW Serie 8 Gran Coupé de una habitabilidad mayor, no se lo ha pensado a la hora de dibujar una línea descendente de la carrocería bien marcada, rematada por la famosa curva Hofmeister en la ventanilla posterior.
Finalmente nos centramos en la zaga, que también luce un diseño digno de admirar. Los pilotos son todavía más estilizados que en la parte delantera y tienen un diseño completamente horizontal que agudiza mucho la sensación de anchura del coche. Además, el portón está ligeramente elevado en su parte exterior para simular un spoiler y aumentar así la deportividad. Por lo que respecta al parachoques, BMW ha optado por incluir diversas molduras decorativas y unos escapes reales, como suele ser habitual en la marca alemana.
Interior: el escenario perfecto para viajar
Hoy en día nadie duda de la calidad de materiales, ajustes y acabados que puede ofrecer BMW en cualquiera de sus modelos, pero si encima estamos ante un ejemplar de la Serie 8 el resultado final es sencillamente espectacular. El interior del BMW Serie 8 Gran Coupé es perfectamente identificable como el de cualquier modelo de la marca, pero dispone de una serie de detalles a nivel de diseño que lo diferencian del resto. Buen ejemplo de ello lo encontramos las formas de la consola central o en la disposición de los asientos posteriores.
Pero si dejamos a un lado el hecho de que el interior esté protagonizado por materiales de altísima calidad, lo que nos queda es un habitáculo completamente digitalizado y muy tecnológico. La pantalla central es táctil, y como es evidente incluye la máxima conectividad con el teléfono, así como navegador y un sinfín de funciones multimedia. Por su parte, la pantalla de la instrumentación digital complementa la información, es totalmente personalizable y engloba todos los menús del ordenador de viaje.
A bordo del BMW Serie 8 Gran Coupé se respira lujo y refinamiento, especialmente gracias al hecho de que incluye de serie elementos como la tapicería de cuero o la iluminación ambiental. Y a todo esto también estamos ante un coche muy confortable, que es capaz de ofrecer un puesto de conducción cómodo y deportivo y una habitabilidad realmente buena para el tipo de carrocería que tiene.
Las plazas posteriores están homologadas para tres pasajeros, aunque lo cierto es que realmente viajarán cómodos cuatro ocupantes, puesto que la plaza central es más estrecha e incómoda. Eso sí, el nivel de comodidad de los dos asientos posteriores es homologable al de los delanteros, ya que sus formas recogen muy bien el cuerpo y el espacio es más que suficiente, especialmente para las piernas. Finalmente, por lo que respecta a la capacidad del maletero, cubica un total de 440 litros y presenta unas formas muy regulares, aunque su forma coupé hace que sea mucho más profundo que alto.
Equipamiento del BMW Serie 8
El BMW Serie 8 luce el número más alto de toda la gama de la marca, por lo que su despliegue en materia de seguridad, tecnología e infoentretenimiento es abismal. Vamos a repasar cuáles son los elementos de equipamiento más destacables de este modelo:
– Aparcamiento asistido: a la hora de estacionar el BMW Serie 8 nos ayuda mediante un ejército de cámaras y sensores que se encargan de guiar el coche para aparcar con total tranquilidad, algo que resulta muy útil cuando estamos al volante de un coche de más de cinco metros de longitud.
– Faros LED adaptativos: todo el sistema de iluminación del BMW Serie 8 es LED, pero en el caso de las ópticas delanteras incorpora un sistema adaptativo que se adapta al trazado de la carretera e ilumina la zona hacia la cual avanzamos, incrementando así la seguridad.
– Frenada de emergencia: el BMW Serie 8 detecta la presencia de objetos o peatones en la vía y no solo avisa al conductor, sino que puede detener el vehículo para evitar un accidente.
Otros elementos de equipamiento que forman parte de este coupé son: pantalla táctil multifunción de 12,3 pulgadas, control de crucero adaptativo, climatizador, navegador, Connected Package Professional, volante deportivo multifunción, tapicería de cuero, iluminación ambiental, apertura y cierre eléctricos del maletero, asistente de cambio involuntario de carril, cierre automático de puertas en movimiento, control de presión de neumáticos, detector de fatiga, llantas de aleación de 19 pulgadas, luces diurnas LED o elevalunas eléctricos, entre otros.
Motor del BMW Serie 8
El motor del BMW Serie 8 Gran Coupé 840d xDrive es un bloque diésel de 2.0 litros de cilindrada capaz de entregar una potencia de 320 CV y un par motor de 680 Nm. Equipa una caja de cambios automática de ocho velocidades que transmite la potencia a las cuatro ruedas, acelerando de 0 a 100 km/h en 5,1 segundos y alcanzando una velocidad máxima de 250 km/h. Por lo que respecta al consumo, homologa un gasto de 6,4 litros cada 100 km según el ciclo de homologación WLTP.
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