Lejos quedan aquellos años donde las opciones de combustible estaban limitadas a no más de un par de alternativas. La búsqueda de reducir emisiones, abaratar los costes asociados al vehículo y expandir el abanico de opciones para satisfacer las necesidades de todos los conductores ha provocado la aparición de todo tipo de combustibles, complicando también la elección del coche ideal para las exigencias de cada usuario.
Pese a que las principales sean la gasolina, el diésel, las distintas variantes híbridas y el eléctrico, dentro de cada una de estas existen distintas opciones, con precios y características que difieren mucho entre sí. Ya sea por un tema presupuestario, por el entorno donde vives o por gustos personales, escoger el mejor coche para ti es fundamental, por lo que desde el renting de coches te explicamos qué combustible debes elegir en función de tus exigencias y necesidades.
¿Qué tipos de gasolina hay y cuando me interesan?
La gasolina es una de las opciones más conocidas, clásicas y eficientes. Los coches de gasolina han sabido evolucionar en pos de cumplir las normativas medioambientales, ostentando los nuevos vehículos de gasolina la etiqueta C y pudiendo entrar a las Zonas de Bajas Emisiones. Los dos tipos de gasolina son el sin plomo 98, pensado para automóviles más potentes pero de un precio superior, y el sin plomo 95, el más común.
Esta opción de combustible es especialmente atractiva para los usuarios en busca de un coche de combustión interna capaz de acceder, hoy por hoy, a las Zonas de Bajas Emisiones. Una de las principales ventajas de los coches de gasolina es la variedad de opciones disponibles, con coches de todo tipo y rangos de precios muy variados, ajustándose a los gustos, exigencias y bolsillos de cualquier consumidor.
El diésel: eficiente, económico pero incierto
El diésel, al igual que la gasolina, es una opción de sobra conocida, que aporta un gran rendimiento y un precio económico, dentro de las cifras en las que se mueven todos los combustibles. Sin embargo, al igual que ocurre con los de gasolina, la Unión Europea propone prohibir estos coches tarde o temprano, con el factor añadido de que los diésel cuentan con menos opciones híbridas que los de gasolina.
Sin embargo, cabe destacar que esta prohibición no es nada segura, y es que tanto las fechas como las condiciones de esta ya han sido cambiadas en múltiples ocasiones, debido en parte a que los coches de combustión interna copan gran parte del mercado en numerosos países europeos. Si eres de los que no le ve mucho futuro a esta norma, los coches diésel pueden ser ideales por su relación entre rendimiento y precio.
La electricidad: antes futuro, ahora presente
No es ningún secreto la apuesta que están realizando tanto instituciones públicas como empresas privadas por el vehículo eléctrico. Si bien en España estos coches están aún en un segundo plano, en otros países como Noruega o Estados Unidos los automóviles eléctricos son los más vendidos, lo que nos habla de su proyección.
Sin embargo, pese a su evolución y popularidad en algunas naciones, este tipo de combustible cuenta aún con desventajas muy marcadas, como el precio de entrada de los coches eléctricos, superior en general al de los coches de combustión interna, o sus dificultades para realizar viajes largos de una sola sentada, lo que disuade a ciertos usuarios.
Pese a ello, los automóviles eléctricos son ideales para los que quieran probar las tecnologías más novedosas del mundo automotor, que suelen incorporar estos vehículos, así como para aquellos interesados en reducir su huella de carbono o residan en grandes núcleos urbanos, donde estos coches sobresalen por su etiqueta CERO y por su conducción eficaz.
Otro tipo de combustibles:
Si bien estos son los más conocidos y utilizados, hay otra serie de combustibles que están ganando presencia en el sector. Cabe destacar que la mayoría de ellos son variaciones de los anteriormente mencionados, que se diferencian en general por intentar reducir las emisiones de los coches diésel y gasolina. Estas son algunas de las principales:
- El Gas licuado de petróleo (GLP) se suele combinar con un motor de gasolina, con el objetivo de reducir tanto costes como emisiones, ostentando la etiqueta CERO de la DGT, aunque está presente en una gama reducida de modelos.
- El hidrógeno se presenta como una alternativa al eléctrico. Sin embargo, se encuentra aún en una fase muy inicial en la que trata de encontrar el equilibrio entre peso, precio y rendimiento. Sin embargo, es una opción a tener en cuenta de cara al futuro.
- Los combustibles sintéticos son aquellos que utilizan una fuente distinta al petróleo, normalmente gases naturales o alcoholes. Si bien esta categoría abarca múltiples combustibles, los principales son el etanol y el biodiesel.
Las hibridaciones, al alza los últimos años
La hibridación no es un combustible como tal, sino que emplea distintos motores y energías para mejorar el rendimiento del vehículo. Se trata de una de las opciones más populares en la actualidad, tanto por sus etiquetas ECO o CERO como por los excelentes equipamientos tecnológicos que equipan y el rendimiento que ofrecen estos vehículos por norma general. Estos son los tipos principales de vehículos híbridos:
- Los híbridos combinados o normales, esto es, los puramente híbridos, son vehículos con un sistema de reportaje y conducción tradicional que combinan un motor de gasolina con otro eléctrico que se recarga de forma automática, siendo una de las opciones más populares.
- Los híbridos-enchufables son aquellos donde el motor eléctrico cobra importancia, y necesita ser enchufado para su recarga. Sin embargo, consumen mucho menos combustible que el resto de híbridos, acostumbran a ser más potentes y disponen de etiqueta CERO.
- Los microhíbridos, al contrario que los híbrido-enchufables, son prácticamente iguales a los coches de gasolina, incorporando una pequeña batería eléctrica que asiste al motor principal.
¿Qué tipo de combustible me conviene entonces?
En definitiva, no hay un tipo de combustible superior al resto, variando la respuesta en función del uso al que le vayas a dar al vehículo. Si vives en un gran núcleo urbano y nunca sueles salir de él con el coche, puede que un coche eléctrico o híbrido-enchufable sea la mejor opción para ti. En cambio, si sueles circular fuera de ciudades y realizar desplazamientos largos tal vez prefieras uno de combustión interna. Si por el contrario sueles combinar tareas y conducir por todo tipo de entornos, un híbrido puro puede resultar ser la mejor solución.
Una de las mejores opciones para hacerse con un vehículo a día de hoy, sin importar su tipo de combustible, es el renting de coches. Este servicio elimina la entrada inicial que se necesita abonar en la compra, y evita cualquier sobrecoste gracias a su cuota mensual fija que incluye servicios como reparación de averías, mantenimiento, impuestos, ITV o seguro a todo riesgo, siendo la alternativa predilecta de muchos usuarios que buscan ponerse al volante de un coche totalmente nuevo.