Cuidar un coche no solo implica mantenerlo limpio y repostar combustible. Para que un vehículo funcione correctamente durante años, es necesario adoptar ciertos hábitos de conducción y mantenimiento que garanticen su durabilidad. Con el tiempo, los componentes del automóvil sufren un desgaste natural, pero con los cuidados adecuados es posible prolongar su vida útil y evitar disgustos que vienen en forma de facturas de reparaciones.
Cambiar de coche es un momento duro, pero también lo es ver cómo tu compañero de aventuras asfálticas comienza a fallar, sufriendo averías que hay que atender y viendo menguar su hasta ahora excelente rendimiento. Para postergar todo lo posible la llegada de este momento, desde el renting de coches te contamos los mejores consejos para alargar la vida útil de tu coche y aprovecharlo todo lo posible.
Realiza un mantenimiento regular y periódico
Uno de los aspectos clave para garantizar la longevidad de un coche es seguir un plan de mantenimiento adecuado. No se trata solo de pasar la ITV cuando toca, sino de revisar regularmente aceites, filtros y líquidos esenciales. Estos elementos son vitales para garantizar el correcto funcionamiento de todos los componentes, y un mantenimiento inadecuado puede acarrear averías de todo tipo.
Es fundamental cambiar el aceite del motor según las indicaciones del fabricante, ya que este componente lubrica las piezas internas y reduce la fricción. Un aceite en mal estado puede acelerar el desgaste del motor y provocar averías graves. Lo mismo ocurre con los filtros de aire y de combustible: si están obstruidos, afectarán el rendimiento y el consumo del vehículo.
También es recomendable revisar el estado de otros elementos, como pueden ser el líquido refrigerante, el líquido de frenos y la batería. Mantener estos elementos en buen estado evitará sobrecalentamientos y posibles fallos mecánicos que puedan comprometer la vida útil del vehículo tanto en el corto como en el largo plazo.
Cuida los neumáticos y revisa su presión
Los neumáticos son el único punto de contacto entre el coche y la carretera, por lo que su estado influye directamente en la seguridad y el consumo de combustible. Circular con una presión incorrecta no solo afecta la estabilidad del coche, sino que también acelera el desgaste y aumenta el riesgo de sufrir un reventón.
Se recomienda revisar la presión de los neumáticos al menos una vez al mes, especialmente antes de realizar viajes largos. Además, hay que prestar atención al desgaste de la banda de rodadura. Unos neumáticos demasiado gastados reducen la adherencia, lo que compromete la seguridad en carretera, especialmente en condiciones de lluvia. Por último, otra buena práctica es rotar los neumáticos cada cierto tiempo para que el desgaste sea uniforme.
Evita aceleraciones y frenazos bruscos
Un estilo de conducción agresivo acelera el desgaste del motor, los frenos y los neumáticos. Arrancar con brusquedad, acelerar innecesariamente y frenar de golpe reduce la vida útil de los componentes mecánicos y aumenta el consumo de combustible. Lo ideal es conducir de manera suave y progresiva, anticipándose a los cambios de tráfico y evitando maniobras que exijan un esfuerzo excesivo al motor y a los frenos.
Presta atención al sistema de frenos
Los frenos son uno de los elementos de seguridad más importantes de cualquier vehículo, por lo que es esencial mantenerlos en perfecto estado. Si notas que el pedal de freno está demasiado blando, escuchas ruidos extraños al frenar o el coche tarda más de lo habitual en detenerse, es probable que las pastillas de freno o los discos estén desgastados.
Para alargar su vida útil, evita frenar de forma brusca siempre que sea posible y trata de utilizar el freno motor en bajadas prolongadas para reducir la carga sobre los frenos. Además, revisa periódicamente el líquido de frenos, ya que si está en mal estado puede comprometer la eficacia del sistema.
Mantén limpio el coche, tanto por dentro como por fuera
Además de lucir más bonito y elegante, la limpieza de un coche puede ayudar a alargar la vida útil de los componentes del vehículo. Esto es debido a que la suciedad se puede acumular en los distintos componentes, provocando obstrucciones que afectan al rendimiento de las piezas, lo que puede ser especialmente delicado en partes como el motor.
Además de lavar el coche, es importante limpiar el interior, ya que el polvo y la suciedad pueden deteriorar los plásticos, los asientos y otros materiales del habitáculo. Otro detalle que muchos conductores pasan por alto es revisar el sistema de drenaje del coche, ya que si las canaletas están obstruidas por hojas o suciedad, el agua puede acumularse en lugares no deseados y causar daños a largo plazo.
Evita recorrer trayectos cortos innecesarios
Encender el motor para recorrer trayectos cortos y apagarlo rápidamente puede ser perjudicial para el coche, especialmente en climas fríos. Durante los primeros minutos de funcionamiento, el motor aún no ha alcanzado su temperatura óptima y algunos componentes pueden sufrir un desgaste mayor.
No ignores las señales de advertencia del coche
Los coches modernos cuentan con numerosos sensores y sistemas electrónicos que alertan sobre posibles problemas mecánicos. Ignorar testigos luminosos en el cuadro de instrumentos puede ser un error grave, ya que una avería pequeña podría convertirse en un problema mucho más costoso si no se atiende a tiempo.
Si se enciende una luz de advertencia en el salpicadero, consulta el manual del coche para saber qué significa y actúa en consecuencia. Algunas alertas pueden indicar problemas menores, como un bajo nivel de aceite, mientras que otras pueden advertir de fallos más serios que requieren una revisión inmediata en el taller.
Alargar la vida útil de un coche no es complicado, pero sí requiere constancia y buenos hábitos. Un mantenimiento adecuado, una conducción eficiente y prestar atención a los signos de desgaste pueden marcar la diferencia entre un coche que dura pocos años y otro que sigue funcionando perfectamente con cientos de miles de kilómetros.
Puede que, como conductor, no quieras estar pendiente de tantos detalles, y tu mayor preocupación sea llegar a tu destino sin incidentes. Si ese es tu caso, el renting de coches es la modalidad perfecta para ti. Este servicio consiste en una cuota mensual fija que incluye todos los sobrecostes asociados al vehículo, como mantenimiento o reparación de averías. Además, al ser contratos de unos pocos años de duración con coches totalmente nuevos no tendrás que preocuparte del desgaste provocado por la antigüedad.